Saussure había descartado al habla como objeto de estudio por responder a leyes psicológicas, por ser inabarcable y sólo la utilización individual de una norma. Pecheux critica que se necesita tener en cuenta al contexto para establecer una normalidad u anormalidad, el estudio de la lengua hasta el momento fue deshistorizado. Se oponía un sistema de reglas (lengua) a una subjetividad libre (habla), libre en la articulación de la frase/enunciados. S trata de ser objetivista pero se le escapa un subjetivismo.
Pecheux se pregunta cómo estudiar al habla situándolo en otro plano. Aquí es dónde da un salto desde el lenguaje al discurso e incorpora la historia. Así rompe con la oposición lengua/habla porque el discurso no es ni una ni otra. Toma en cuenta en parte al lenguaje pero incorpora lo socio – histórico al afirmar que un discurso se sitúa en ciertas relaciones de fuerza.
Por otro lado, también le critica a Saussure el concepto de institución semiológica en dónde ésta se opone a las otras porque quedan fuera del orden del sentido. Pecheux sitúa al discurso en ciertas relaciones de fuerza, se inscribe en mecanismos institucionales externos, es decir, no lingüísticos. El proceso discursivo no tiene principio. Sus condiciones de producción (materiales e ideológicas) tiene que ver con la historia, con el posicionamiento de los S de enunciación. Sus condiciones de sentido son las relaciones con los otros discursos. Todo discurso se relaciona con lo ya dicho. Las formaciones ideológicas están determinadas en última instancia por lo material, pero tienen una historia y eficacia propia. Se materializan en las formaciones discursivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario