Pecheaux
Algunos aporte de Voloshinov planteadas en 1929 van a aparecer retomados por Pêcheux en 1968. Pecheaux es un filósofo althusseriano, contemporáneo a otros autores quienes van a darle forma a lo que se conoce como Escuela Francesa de Análisis del Discurso.
En el primer capítulo de Pêcheux, el primer ítem que
aborda y que usará para fundamentar por qué una teoría del discurso, es una
reflexión crítica de los problemas a los que llega la lingüística, de los límites a los que llega la tradición
saussureana en la lingüística. Está
abriendo la puerta para poder distinguir diferencias conceptuales entre la
noción de lengua y habla, la noción de discurso etc. Pêcheux recuerda que
Saussure define la lengua de dos modos: a) como el sistema exterior al
individuo que, sin embargo, organiza y soporta las operaciones individuales de
habla y, por lo tanto, la separación lengua – habla; b) por otro lado, una
institución social, pero – diría Saussure – una institución social que, por
diversas razones, es tan peculiar que no tiene nada que ver con las demás
instituciones sociales. Es una
institución social de otro carácter y que conviene mantener separada,
distinguida de las demás instituciones sociales.
Entonces, repone estas dos básicas maneras de Saussure
para definir la lengua y plantea el modo en el que, en el desarrollo de los estudios
lingüísticos, esta tradición teórica se encuentra con un límite. El límite es que, si bien no cabe duda de que
cuando digo “mi mamá me ama”, estoy
absolutamente en el territorio de lo que la lengua, sus reglas, sus gramáticas,
ordenan y, por lo tanto, analizarla; ... la
lingüística, aquello que era extra individual, y que regía en la composición
gramatical, empieza a perder capacidad explicativa de análisis, abriendo
una inconmensurable brecha a la posibilidad que así se habría dado, según
Pêcheux, de que una cierta tradición filosófica y un cierto sentido común,
repongan la libertad individual en el terreno del habla, a partir de lo
delgado, de lo ínfimo, que para operaciones del lenguaje cotidiano, la
lingüística ofrecía como herramienta de análisis y como estipulación de sus
propias leyes.
En términos de Saussure, a medida que las formas del
lenguaje se vuelven más complejas, lo que hay es una creciente complejización de las formas del lenguaje y una creciente
pérdida de alcance de la lingüística para dar cuenta de las operaciones
comprometidas literalmente, según Saussure, difícilmente pueda irse más
allá de la frase; de modo tal de que si en el campo de la frase el individuo
aparece sujeto a las leyes de la lengua, al trasponer los límites de la frase,
gana en una (presunta) recuperación de la libertad del sujeto por fuera de las
reglas de la lengua.
Hace un recorrido en los ’60 / ’70: la lingüística
advirtiendo estos límites, tiene dos grandes intentos: Chomsky, mediante la
gramática generativa, que busca incorporar estructuras y La socio lingüística.
Cancelar la exclusión del habla y
cancelar la exclusión de las instituciones sociales le permiten a Pêcheux
reponer los problemas de la significación bajo la idea de condiciones de
producción. La preocupación de
Pêcheux es pensar los fenómenos del
lenguaje de lo discursivo, bajo condiciones de producción que traigan a cuenta
lo complejo y lo variable de la realidad social, política, histórica, etc.,
y que permiten entender que esas
operaciones en su complejidad, en su variabilidad, no tienen porqué ni
estar sustraídas a cualquier juego de determinaciones, ni tener que ser
remitidas nuevamente a alguna subjetividad o conciencia individual, como única
fuente posible para explicarlas; sino, más bien, asumirlas bajo la misma mirada de
una producción social bajo condiciones determinadas, donde el
sujeto de conciencia creativo y libre, no existe. Es este mismo proceso
social el que plantea los modos en los que, de manera predominante, en un
determinado escenario, una comunidad producirá sus significaciones. Y para pensar estas condiciones de producción
trae a colación tanto al marxismo como al psicoanálisis.
Pêcheux recupera trabajos de Foucault, pero también tiene una posición crítica. Por ejemplo la noción de formación discursiva. En “Arqueología del saber” Foucault revisa la metodología para desarrollar la historia de la locura, el nacimiento de la clínica, las palabras y las cosas, etc. En los años 60 Pêcheux intenta constituir una teoría del discurso que debería articular: la lingüística, el psicoanálisis y el materialismo histórico.
Del psicoanálisis tomará la noción de sujeto descentrado para pensar el sujeto del discurso.
En cuanto a la lingüística, tendrá una mirada crítica. Hay que ir más allá de las reglas sintácticas y semánticas. Más allá de la frase, de las oraciones, la macro estructura.
El objeto de la teoría del discurso para Pecheux es dar cuenta de la determinación histórica, del nivel semántico del lenguaje, el problema de las significaciones.
Pecheux rompe con la lingüística Saussureana porque consideran al habla como un terreno donde no hay reglas, que pertenece a la libertad del hablante y no puede ser estudiada. Supone el sujeto como libre. Hay mayor libertad para combinar palabras y oraciones a pesar de que siguen habiendo reglas. En el discurso el sujeto es libre. Pecheux cuestiona estas nociones.
Conceptos de formación social, formación ideológica y formación discursiva
Las formaciones sociales, al modo del materialismo histórico, y con más precisión al modo del marxismo althusseriano, pero añade, en una formación social existen distintas formaciones ideológicas.
Una formación ideológica es un conjunto complejo de actitudes y representaciones que tiene que ver con posiciones de clase en relación antagónica. Son representaciones ligadas a posiciones de clase.
Una formación discursiva es lo que puede y debe ser dicho, desde una posición específica en una coyuntura determinada.
Nosotros creemos hablar los discursos, pero en realidad los discursos nos hablan a nosotros. Hay una ilusión del sujeto hablante. El sujeto del discurso se piensa, se cree libre. Esto es una ilusión necesaria porque si bien los procesos discursivos no tienen origen en el sujeto, deben concretarse a través de los sujetos. Es indispensable que el sujeto crea que él es el origen, la fuente del sentido.
En cambio Foucault, que también habla de formaciones discursivas, las define como reglas para la definición de objetos, temas, modalidad, etc.
Pecheaux dice hay formaciones ideológicas que están constituidas por una o más formaciones discursivas. La ideología tiene que materializarse en prácticas, entre ellas, las prácticas discursivas que se inscriben en determinadas formaciones discursivas. Las formaciones ideológicas y discursivas son entidades dialécticas que se transforman constantemente unas en otras.
La tarea del análisis del discurso es reconstruir las formaciones discursivas, dentro especificar las familias parafrásticas. El análisis del discurso no puede hacerse con un texto aislado, ni con un conjunto pequeño de textos ya que para poder reconstruir una formación discursiva es necesario tener un amplio corpus que termia trabajar la diferencia y la contradicción.
Por otro lado plantea que un discurso supone siempre unos protagonistas, situados en un momento y en un lugar, en un contexto. Un discurso siempre se inscribe dentro de relaciones de fuerza. El proceso semántico de un discurso está históricamente determinado. Para comprender su significado hay que describir las relaciones de fuerza. Los discursos se producen a partir de ciertas condiciones de producción. Todo discurso está contestando a otro discurso. Las condiciones de producción de un discurso son otros discursos, no es posible determinar el origen.
Althusser señalaba que lo que hace presentes las representaciones ideológicas no son directamente las condiciones materiales sino nuestra relación vivida con las condiciones materiales. Son las relaciones vividas, no las cosas efectivamente.
De ahí que Pêcheux va a proponer pensar que las condiciones de producción de un discurso están constituidas por una serie de formaciones imaginarias que nada tienen que ver con las condiciones objetivas.
Reglas para una teoría del discurso
1. Es imposible conocer el origen de la producción de un discurso. Sería una regresión infinita.
2. Si se puede analizar cómo se transformar las condiciones de producción.
3. Cada nuevo discurso modifica las condiciones de futuros discursos.
4. Las anticipaciones que cada uno se crea son sancionadas por las respuesta del otro. De esta forma se obliga a transformar las condiciones de producción. Replantear lo dicho. Modificar los futuros discursos según las reacciones.
La mayoría de las veces el destinatario es múltiple, por ejemplo en el discurso político, por lo tanto la estrategia discursiva se vuelve más compleja.
En 1983 Pêcheux se opone al análisis estructuralista que considera al texto, como una secuencia lingüística cerrada sobre sí misma y dónde por lo tanto es posible hacer un análisis inmanente. Supone que el análisis de los discursos es interdiscursivo.
Debemos tener un corpus amplio que de cuenta de las operaciones discursivas, construir las familias parafrásticas, de modo que podamos percibir las diferencias, coincidencias, contradicciones por parte de los diferentes actores situados en diversas posiciones sociales dentro de una misma coyuntura.
Fuente: http://comu-3.blogspot.com/2010/11/teorico-10-michel-pecheux-hacia-un.html
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